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Una pintura para el filatelista

El coleccionismo de sellos postales se consideró inicialmente como un hobby “de la realeza” o “de las clases privilegiadas”, quizás por el hecho de que en la segunda mitad del Siglo XIX eran pocos los que sabían leer y escribir, así como con el dinero suficiente para viajar y enviarse cartas, postales o encomiendas.

Sin embargo, a partir del final de la Primera Guerra Mundial este coleccionismo se expandió a otros sectores de la sociedad, especialmente en Europa. Es así como la llamada “época dorada” de la filatelia se considera a partir de 1925 y hasta fines de la década de 1970.

En medio de todo ello, es poco frecuente que algún artista haya plasmado en alguna obra algo vinculado con el filatelismo… pero hay excepciones. 

Es así como la pintura “El Filatelista” (“Le Philateliste”, 1929), de Francois Barraud (1899-1934), representa a un hombre revisando su colección, acompañado de una mujer que le entrega un sobre que se apresta a revisar. A su alrededor es posible ver varias hojas con sellos clasificados, una pinza, el álbum filatélico y la lupa de observación.

Así que... los filatelistas tenemos una pintura en nuestro honor.